martes, 24 de julio de 2007

P. Tomás Morales S.J.

Perfil Humano
Dios le otorgó un rico conjunto de cualidades humanas, morales y espirituales: voluntad fuerte, valentía y gran libertad de espíritu; alta capacidad intelectual y de trabajo; amor al hombre concreto y fina sensibilidad para el bien y la belleza. En las iniciativas, intrépido, acometía las obras fundado en las virtudes sobrenaturales: fe, amor a Cristo y a la Iglesia y una confianza inmensa en la Virgen María. Hombre de profunda vida interior y de ricos contrastes, sus obras son un reflejo de la armónica síntesis de extremos aparentemente opuestos: contemplativo y activo, fue fundador de movimientos apostólicos y de vocaciones consagradas seculares y suscitador, al mismo tiempo, de gran número de vocaciones a la vida contemplativa.
Infancia y Juventud
El Siervo de Dios P. Tomás Morales S. J. nació en Macuto (Venezuela), el 30 de octubre de 1908. Sus padres, oriundos de la isla de la Palma, habían viajado a Venezuela por negocios. Tomás recibió una esmerada educación en el seno de su familia. Ya en Madrid, estudió en el Colegio de los Jesuitas de Chamartín y posteriormente Derecho en la Universidad Central de Madrid en la que obtuvo el Premio extraordinario. Vivió activamente toda la realidad universitaria de aquellos años como presidente de los Estudiantes Católicos. Realizó el doctorado en Bolonia. Su tesis mereció ser distinguida con el premio Víctor Manuel II. A los veintitrés años abandona su prometedor futuro para ingresar en la Compañía de Jesús en Chevetogne (Bélgica). Fue ordenado sacerdote el 13 de mayo de 1942 en Granada.
Al Servicio de los Jóvenes Trabajadores
En 1946 comienza en Madrid una intensa labor con trabajadores de empresa. Con ellos fundó el Hogar del Empleado, un movimiento apostólico de gran vitalidad que generó múltiples obras sociales: cooperativas, viviendas, centros educativos, sanatorios... motivadas por su amor al hombre concreto y para responder a las ingentes necesidades de la España de posguerra.
Fundador
El P. Tomás Morales S. J. consagró su sacerdocio con visión profética a la animación de los laicos, convencido del precioso don que adquieren en su bautismo y de sus enormes posibilidades como corresponsables de la misión de la Iglesia. Miles de horas dedicadas a la dirección espiritual y más de 500 tandas de Ejercicios Espirituales dan testimonio de la radicalidad de su entrega a Dios y a los hombres.
Fruto de esta entrega es su obra más importante: la fundación de dos Institutos Seculares, Cruzados y Cruzadas de Santa María, la asociación pública de fieles Hogares de Santa María y la Milicia de Santa María, movimiento apostólico para los jóvenes. Todos ellos ofrecen un fuerte dinamismo evangelizador con dos objetivos preferenciales: los jóvenes y las familias de todo el mundo.
Causa de Canonización
El Siervo de Dios P. Tomás Morales S. J. falleció en Alcalá de Henares (Madrid) el 1 de octubre de 1994, festividad litúrgica de Santa Teresa del Niño Jesús.
Apertura de la causa de canonizaciónLa apertura de su causa de canonización tuvo lugar el pasado 24 de junio de 2000 en la archidiócesis de Madrid.
Cierre del proceso diocesanoEl 18 de Marzo 2007 tuvo lugar la clausura del proceso diocesano de canonización en Madrid. Las etapas siguientes se harán en Roma.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tambien lo conocí y dió un vuelco a mi Fe y a mi vida.
Fué en los años 60, en su estancia en Badajoz. Años de Luz.
Su media sonrisa y su andar flotante se grabó para siempre en mi corazón. Conservo sus notas manuscritas en mi rincón de recuerdos queridos.

Francisco Marcos dijo...

Yo también le conocí. Fui dirigido y chofer suyo. Un auténtico santo, y, si no, dejemos pasar los años.

Destaco tres entre sus excelsas cualidades: amor a la Eucaristia, amor a la Virgen y amor a la persona concreta con la que trataba cada día. Yo siempre me sentí escuchado, querido y orientado por él.

Infinitas gracias por tantas horas como me dedicaste: Siervo de Dios Padre Tomás Morales.

Marivi dijo...

Casualmente he visto estos comentarios y reconozco que me han emocionado. Le conocí y mucho, y además tengo la suerte de ser la postuladora de su causa de canonización. Corroboro los comentarios en cada una de sus afirmaciones sobre el Venerable. Ahora podemos estar seguros de que lo que vimos en él y lo que nos transmitió ha sido reconocido por la Iglesia, que nos lo propone como modelo de virtudes cristianas.
María Victoria Hernandez